domingo, 22 de febrero de 2009

Luces de Barcelona

La señoras que seguian la ultima moda en Barcelona,en el año de 1907.tenian los cabellos"hermosamente teñidos de rojo con agua oxigenada".Esto lo apunta Francesc Pujols en su genial novela El otoño barcelones y que puede leerse en un viaje digamos de ida y vuelta entre Barcelona y Madrid,que es un vuelo corto de 50 minutos.
Despojado de todo lo metalico,con el libro de Pujols bajo el brazo,cruce con exito y tambien con algo de susto,el arco voltaico que controla las salas de embarque en el aeropuerto de El Prat en Barcelona.
veinte minutos mas tarde estaba a bordo de un pajaro de Iberia,y en cuanto a la azafata aviso que habia que abrocharse el cinturon,apagar el movil,mantener plegada la mesita de servicio y el respaldo del asiento en posicion vertical,tuve a bienabrir El otoño barcelones y conforme nos internabamos en el cielo de Noviembre (si,Noviembre)rumbo a Madrid lei esta definicion de Otoño,matematica y jugosa que escribio Pujols en esta fascinate novela de vuelo corto:"el traje de la primavera es verde con grandes bordeados de rosas y con forro de oro.Este traje volteado al reves es el otoño:el oro del forro"Y asi ibamos atravesando el otoño rumbo a Madrid,con el interior de la nave en calma y los pasajeros ocupandose de sus cosas-leyendo el diario,apuntando sentencias en un cachivache electronico,dormitando contra la ventanilla o mirando ociosamente el anuncio luminoso que prohibe fumar-todos sosegados y en silencio,mientras yo brincaba de las lineas de Pujols a las vistas de pajaro que ofrecia la ventanilla,y a medida que el avion se iba metiendo al centro de España,yo me iba adentrando en la historia de ese hombre que para ser feliz necesitaba vestirse de mujer y que una ves feliz y acicalado,se conecta con la fascinante señora Ridaura y con Agata la tenebrosa,(una historia,como ya mencione,de avion)que tiene un largo episodio dentro de un vagon de tren.en una cabina llena de viajeros parecida a la cabina en la que yo leia tratando de no distraerme con el ir y venir de las señoritas azafatas que ofrecian productos en su carritos,lo mismo un perfume que un emparedado.
Justamente cuando comenzabamos el descenso y la zafata volvia a pedirnos lo del cituron,el movil,la mesita y el respaldo,lei esta linea notable del ocurrente Pujols:"podemos decir que amamosa una mujer,no cuando nos encontramos bien con ella,sino cuando nos encontramos muy mal sin ella"Y esta otra que me hizo soltar una risilla precisamente cuando el avion tocaba tierra:"Al ver que llora,yo tambien me pongo a llorar,y le pregunto por que lloramos"
En el vuelo de vuelta,ya que se ha cumplido con los compromisos en Madrid,los pasajeros van llenando el avion de regreso Barcelona,y en el interior de la nave se respira un ambiente muscho mas suelto que en la mañana;nadie lee por que ya se han leido los periodicos en el vuelo de ida y por que los ojos suelen ir navegando en los Rioja que se han bebido durante la comida,y asi desde luego no hay quien pueda perseguir una linea ;la mayoria se limita a observar con un interes desproporcionado la señal luminosa de abrocharse le cinturon,o divertirse con el que traiga en los ojos los mismos Valdepeñas,o a desmayarse contra la ventanilla (los mas sensatos).
Las intruscciones sobre el cinturon,telefono ,mesilla,respaldo,mascarillas y salvavidas,las comunica una azafata de humor tornadizo,que va vestida con su uniforme recientemente diseñado por el modisto Adolfo Dominguez:un elegante traje con pechera almidonada y medio cuello tieso que le sirve de altavoz,para ir poniendo en su lugar a los pasajeros que van en pleno jolgorio,no se sabe si contentos de regresar a su ciudad,o si contentos de tan felices que han salido de la comida.
Yo tambien habia tenido mi comida,mi periodo de felicidad ,un rioja por supuesto y sin embargo iba enpeñado en acabar el libro,la aventura de Pujols que a esas alturas se bajaba del tren y se iba directamente a una torre del Tibidabo,a seguir con su otoño,mientras yo sorteaba las risotadas y los aspavientos que iba haciendo mi vecina,una dama de cabellera hermosamente teñida de ese rojo tan de moda en 1907,que segun mis calculos habia participado en un minimo de tres comidas en Madrid,lo digo por que hablaba y se carcajeaba y en el asiento de junto iba un hombre tiernamente desmayado encima del descansabrazos.
Entrando en la ciudad se hizo se noche,yo habia cumplido 45 minutos de esforzada lectura y la novela de Pujols llegaba a su final,lanzando una pista sobre el otoño y sobre las luces de Barcelona,por que al final de su historia el escritor dice que las señoras sentadas en los palcos del teatro,(y yo supongo que tambien las que estan en sus casas o andan por la calle)forman"con sus cabelleras doradas por el agua oxigenada,una corona esplandeciente",y aquella corona eran las luces de Barcelona que yo vi,antes de que el libro aterrizara y el viaje en avion alcanzara su ultima pagina.

'Los libros tienen su orgullo,cuando se prestan ,no vuelven nunca'
-Fontane-
-----------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Dimitri Elevit © 2008 . Design By: SkinCorner